El gato doméstico es una contradicción. Ningún otro animal
ha desarrollado una relación tan íntima con el hombre, y, al mismo
tiempo, ha exigido y ejercido tal independencia de movimientos y de acción.
El perro puede ser el mejor amigo del hombre, pero raramente se le consiente
que vagabundee de jardín en jardín o de calle en calle. Al obediente
perro se le saca a pasear. El testarudo gato sale a pasear sin compañía.